José Herreros

Sum, sum cordis. Deus Habemus.

Un conjunto de circunstancias. Un día un operador de maquinarias atizó la voluntad de su jefe diciéndole: " Ya jefe, usted puede comprar una maquinita. En esta empresa cuprera soy el operador más rápido y mejor catalogado. ¿Cuándo compra usted una maquinita y yo se la muevo...? También el paso por muchas empresas direfentes, en diferentes latitudes, diferentes criterios y condiciones, incentivó tal inicio.

Un arquitecto con más experiencia de quien escribe. Dos ingenieros civiles de similar condición. Quien escribe, constructor civil con estudios avanzados de ingeniería civil. Una muy pequeña planta de hábiles trabajadores de terreno, usualmente estos últimos seleccionados por el despliegue que logran en terreno y el afán de ellos mismos a incorporarse a esta nueva organización, incipiente aún.

Conocí una persona al proponerme hacer sociedad, lo que deseché. Más tarde tuve una inestabilidad en mi empleo y, casualmente, le encontré ya iniciada su empresa, junto a su familia. Buscaba modos de cimentar sus compromisos ya adquiridos. Dos jóvenes me propusieron asumir un subcontrato. Manifesté lo hicieran, acaso tenían inconveniente, podría sumarme, no antes. Al retirarse uno, quedó desvalido el segundo, con éste asumimos en conjunto la construcción de dos viviendas básicas.

Como incipiente empresa, recién en 2017 podremos señalar información consistente com empresa. No obstante, bajo la adversa condición latente hoy en Chile, estimamos podremos absorber unos cuatro a seis trabajos en el año. Unas seis casas en el año, además de otros trabajos mayores a iniciar en el transcurso del año.

Obras de ingeniería de tamaño medio (hasta US M$ 1500.-). Además, la construcción de viviendas y edificios menores.

Viviendas, galpones, caminos.

Con todo proveedor probo. Materiales del mejor desempeño a obtener. No hay marcas ni sesgos preferidos, más allá de lo señalado. El desarrollo nos exige a menudo ensayar compras donde no ha ocurrido antes, toda acción resulta un precedente, a posteriori.

Diseño geométrico (planos), especificaciones técnicas, una programación esbozada de modo suficiente para hacer consistente todos los antecedentes indicados, y con ello se asume un presupuesto coherente.

Habemos 7.000 millones de personas. De éstos, unos 2.000 trabajan con uso de razón y se relacionan laboralmente de modo posible a tratar. De estos últimos, una fracción corresponde a la zona de trabajos nuestra. Al final, queda una fracción ínfima de los mencionados. No somos distintos. Buscamos hacer las cosas bien, lo cual nos incide en plazos previos más amplios, hacia el desarrollo de cada actividad nos agilizamos, pero el inicio es demoroso, en comparación a la competencia.

Prestamos servicios a quien requiere alguna(s) necesidad(es). Nuestra satisfacción es dejar al cliente conforme a lo que buscó.

La respuesta ante consultas a los mandantes, siempre son directas a resolver su duda. Éstas son variadas dependiendo de la naturaleza de los trabajos y los clientes también son muy distintos, habiendo unos muy avezados, otros principiantes.

Responsabilidad civil acorde legislación vigente. Se busca dormir tranquilo: el trabajo es para dar soluciones. ¡Y caramba que cuesta lograr lo poco que hacemos!

Los trabajos de esta índole se cumplen en plazos no inmediatos, sino en el desarrollo de actividades en el tiempo. Se pacta plazos y pagos. Hasta ahora, no hay más facilidades, menos aún en ambiente latino.

Cada uno es una satisfacción en particular. Luego, apuntamos la vista adelante. En la experiencia pasada, como profesional dependiente a cargo de contratos de obras de ingeniería, ha sido un agrado especial reencontrar clientes al volver a prestarles servicios, a veces a 4.000 km de distancia.