Hernán alcalde

Pues sería mentira si ente momento me inventara un lema. Pero en mi carrera muchas veces he intentado hacer ver a mis clientes que ciertas ideas -a veces preconcebidas- no siempre son lo ideal a hora de habitar efectivamente una casa.

Siempre me he dedicado a diseñar casi exclusivamente en forma independiente salvo en los inicios de carrera. Mi rol se ha centrado en el diseño de arquitectura: esto comprende obviamente también los trámites de aprobación de proyecto, permiso de inicio de faenas, visitas y recepción final si así se estipulara en el contrato con cliente.

Ya lo dije antes: sólo ocasionalmente me he asociado con otros arquitectos. Y con respecto al trabajo de obra siempre he intentado ser el aliado del propietario o el mandante y controlar los avances o los errores (a veces los hay) en la obra.

Generalmente yo propongo llamar a 2 o 3 constructores (salvo que el propietario tenga su preferencia o me deje esa decisión a mi) y hago presentar presupuestos detallados.

El número de proyectos al año ha sido muy variable: depende de la envergadura de los mismos, de la liquidez de los clientes en general en ese período y tantas variables más. Pero nunca tomo proyectos en exceso; Prefiero diseñar poco y bien que mucho y mal.

La mayoría de mis proyectos han sido de carácter habitacional. Pero aún así, también he podido diseñar oficinas, edificios de plantas libres, remodelaciones, recuperaciones de edificios en altura, transformaciones para comercio, etc.

Vivienda es el trabajo más demandado.

En este aspecto no creo ser tan convencional: el diseño en madera siempre me ha atraído bastante. Igualmente se podría decir que además de las albañilería en ladrillo también me hubiera gustado trabajar y diseñar más incorporando el adobe cómo material.

Metros cuadrados, materialidad, número de baños, dormitorios, tipo de cocina y estar y principalmente el nivel de las terminaciones.

Porque mi fin último no está en ganar millones sino en diseñar buena arquitectura y esta no es otra que la se hace en forma responsable y hace feliz al cliente.

Mis clientes generalmente son personas que llegan indirectamente por otros clientes o porque vieron o entraron en alguna de mis obras y luego, cuando necesitaron arquitecto me contactaron. El cliente ideal es aquel que, independientemente de sus gustos y necesidades comprende que el arquitecto es un profesional que se dedica a pensar cual, cómo, donde y de qué forma serían los espacios ideales para albergar determinadas acciones o situaciones. Y desde ese punto de vista y sin apartarse de sus necesidades o gustos se deja aconsejar o guiar.

Las dudas más habituales tienen relación con costo y con tiempo. En ambos casos, a mis clientes les doy una pauta pero dejo bien claro que depende en gran medida no sólo de los profesionales, técnicos y obreros envueltos en la misma construcción sino que de su misma forma de llevar el proyecto de manera fiel a los planos aprobados y sin abusar de cambios que van retrasando todos los procesos. Ese mismo principio se aplica también para el proceso de diseño: un "pequeñísimo" cambio de tamaño en el baño resulta el otro "pequeñísimo" cambio de tamaño en el closet del dormitorio al otro lado del muro. Y ambos cambios resultan en otro cambio en la techumbre, en las pendientes, etc, etc.

Nunca he dejado a un cliente abandonado en el caso de algún imprevisto posterior a la recepción final. Pero ese punto está perfectamente establecido en la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones. En mi caso mi responsabilidad se ha centrado en el diseño así que más bien he vuelto alguna vez a petición de los propietarios después de algún sismo fuerte para revisar o para descartar algo que los mantenía inquietos.

Lo normal es establecer porcentajes de pago según el avance: 1. 30% Firma de Contrato 2. 30% Aprobación de Proyecto por el Cliente. 3. 30% Inicio de Obras (post aprobación municipal). 4. 10% Recepción Final

Hay algunos trabajos que me resultaron bastante complejos y que finalmente no se construyeron. Para un arquitecto esos proyectos, aún existiendo en el papel son trabajo y alguna vez ocuparon bastante de su capacidad de razonamiento. Alguna vez diseñé una modificación de una casa en el campo y la construcción de varios volúmenes adicionales que entre todos conformarían lo que sería una comunidad terapéutica. Fue un trabajo complicado que nunca se llevó a cabo pero que a mi me pareció muy completo y acucioso.